Al sur de la comarca del Baix Llobregat, situada muy cerca de Barcelona (a unos 30 minutos), encontramos Viladecans, una población que (según dicen) debe su origen a los perros, pero que tiene un cordero en su escudo y en la que se han hallado restos arqueológicos de mamuts y otros animales prehistóricos (del paleolítico para ser más exactos). Así que no hay duda: se trata de una ciudad bestial.
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